Tiempos difíciles para la investigación marina: actividad actual y futura

8 de abril de 2020


Los integrantes del grupo ECOALBORAN y del LABORATORIO DE PLANCTON no podemos salir a recoger muestras al mar por el momento, aunque estamos empleando los datos recopilados estos últimos meses y años para continuar investigando, por ejemplo la evolución reciente del estado ambiental del Mar Menor, o analizando la eutrofización del Mediterráneo español, entre otras cuestiones de interés general.

Imágenes Sentinel-2 de Venecia el 8 de febrero y el 19 de marzo.
Sin embargo, en este periodo en el que no es posible recopilar datos ambientales mediante la realización de campañas oceanográficas ni recolectar muestras para analizar en el laboratorio, no toda la información está perdida. Es en estos tiempos en los que los datos procedentes de la teledetección de aplicación marina (color del océano, la temperatura superficial del agua de mar y la altimetría, entre otros observables), las boyas fijas dotadas con sensores automáticos, y otro tipo de plataformas autónomas como las boyas perfiladoras del programa ARGO, cobran una mayor relevancia. Entre todos ellos, los datos que proporcionan los satélites de observación del océano ofrecen una cobertura global con una excelente resolución espacial y registran varias medidas periódicas de una misma zona marina.

Mientras leemos este post, los satélites oceánicos de la NASA (estadounidenses) y de la ESA (europeos), que son los más representativos, aunque no los únicos, están continuamente registrando las propiedades del océano con una recurrencia y calidad sin precedentes hasta el momento, y enviando una enorme cantidad de datos a los distintos centros de recepción en tierra para su procesado, diseminación y puesta a disposición de la sociedad libremente y casi en tiempo real (https://oceancolor.gsfc.nasa.gov/cgi/browse.pl?sen=amod). Estos datos que son almacenados continuamente nos servirán los próximos meses para conocer la evolución y los cambios que han ocurrido en el medio marino durante este periodo excepcional.

Está claro que la supresión de muestreos y el truncamiento de las series históricas de datos oceanográficos suponen una pérdida de información insustituible. Sin embargo, actualmente contamos con la mayor constelación de la historia de plataformas espaciales operativas de observación del océano, dotadas con los sensores más avanzados, y que nos proporcionarán con toda seguridad información valiosa acerca del efecto de la disminución de la presión humana sobre el estado ambiental del medio marino mundial durante este periodo, y que estamos seguros que nos indicarán el camino a seguir para mejorar la salud de nuestros mares en el futuro (véanse las imágenes Sentinel-2 de Venecia el 8 de febrero y el 19 de marzo en la cabecera del post).

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